Delineando
el espacio
“El Universo consiste en átomos y vacío“,
sentenció Demócrito cuatro siglos antes de nuestra era
y al ver las líneas de fierro doblado al calor que presenta
Herta Seibt de Zinser, el aforismo del antiguo filósofo griego
se me revela con sugestiva claridad.
La escultora peruana-alemana afincada en Friburgo de Brisgovia desafía
los límites del espacio planteando a partir de un material
tan sólido y aplastante como es el fierro, una verdad de toda
la vida pero que nunca estará de más repetir: todo depende
del punto de vista. La rectitud, la curva, la continuidad, la división
del espacio, los planos, el equilibrio, la apertura de nuevas posibilidades,
hasta el movimiento varían por completo según el ángulo
desde el que se observan estas líneas gigantes de tres piezas
ensambladas, también, en función de nuevos efectos.
Y suena a magia: una danza de fierro en pleno vacío, un mensaje
de libertad al infinito.
Las líneas son de color grafito y encierran mucho, tal como
puede ocurrir en la mina de un lápiz; depende de lo que queramos
dibujar, escribir. Yo he visto en ellas, por ejemplo, reverencia e
ironía, caricatura y entrega, éxtasis y rúbrica.
Pero no se trata de algo arbitrario ni casual, hay detrás leyes
geométricas que hacen posible este juego: ningún ángulo
de las piezas que componen estas líneas es mayor de 90°
y ninguno menor de 30° lo cual permite la continuidad, que cada
curva nueva pueda, a su vez, crear otro plano.
En esta original serie de líneas, fiel a su trabajo riguroso
con el fierro, Herta Seibt de Zinser ha puesto calor (movimiento)
dentro del frío (material) y
nos ha devuelto un tema de reflexión esencial: nuestra relación
con el espacio.
Teresa
Ruiz Rosas